El corazón del Padre

March 16, 2025

Debes vivir. Debes amar.

Hace poco regresamos de Bethlehem, una pequeña ciudad ubicada en el centro de Sudáfrica a donde nos invitaron como casados para compartir sobre un tema que ha venido dando vueltas tras vueltas: el corazón paternal de Dios. Vaya tema para tocar las fibras más personales de mi ser.

Mirar a Dios como mi Padre cambió súbitamente cuando a mi padre terrenal le diagnosticaron un cáncer agresivo…en fase terminal…y con dos metástasis. Su cuerpo no solo cargaba el peso de los años: apenas 59, sino que ahora debía sopesar la carga de 11 tumores.

A veces pienso que fue ayer, y otros días lo veo como un hecho antiquísimo. La noticia nos cayó como un balde de agua helada, heladísima…de repente, la persona que había obrado de nuestro héroe y guía nos iba a dejar. Se iría en poquito tiempo…

Cuando llegó el momento trágico (aquél de las despedidas al menos de este lado de la gloria), hubo un vacío…un hueco tan grande que me llevó a vivir con una sensación de escasez. Algo me faltaba. Mejor dicho, alguien me faltaba. Ahora bien, muchos hemos perdido a personas amadas, entre ellas a un padre o una madre. Si es así, lo respeto y te abrazo.

Entonces fue allí donde la figura de ver a Dios como mi Padre adquirió un matiz distinto. Ya no era solo un ser divino, amoroso y justo. Empecé a ver la presencia de Dios desde la existencia de “un hijo que busca a su Padre” y que una vez que lo encuentra, le ayuda a vivir sorteando las aguas del dolor y del consuelo. Porque seamos honestos: aun duele. Aun me cruje el corazón recordar a mi padre terrenal. La pérdida aun es fresca, pero el gozo de Dios es más real.

Tal como me lo dijo mi padre antes de morir, Dios en su figura de Padre me recordó lo mismo: “tu debes vivir. Vive y ama. Tal como tu padre terrenal a quien llamé a los cielos”. De a poquitos entendí que no fue el cáncer quien cortó su vida, sino la voluntad soberana, y muchas veces misteriosa, de Dios.

El lugar está situado en una campiña alejada de la ciudad, aquí caminando y meditando sobre el caracter del Padre y mi lugar en Su Misión

El corazón del Padre es para todos

Meditaba en esta verdad y traía esta y varias otras preguntas a Dios cuando me pidieron enseñar sobre el caracter de Padre de Dios, “¿qué podría enseñar sobre el Padre?”, me pregunté.

De pronto, la respuesta vino como un relámpago: hablar sobre la oración del Padre Nuestro. Una oración enseñada como un modelo de patrones alrededor de la cual podemos orientar nuestras oraciones diarias.

Cuando indagué más sobre el Padre Nuestro, mi rostro cambió, conmovido por digerir una verdad que sabía, pero que no había explorado adecuadamente.

Y a los chicos les encantó. Ellos aprendieron tanto como yo. Varios fueron tocados. Muchos venían de hogares disfuncionales donde la figura paterna haía brillado por su ausencia. A diferencia de varios, la figura de mi padre había estado muy presente y con un enorme legado que yo debía continuar.

Pero la conclusión de esos días al explorar y digerir sobre el Padre Nuestro nos (me) permitió conocer a Dios cuya voluntad debemos buscar y procurar porque sea conocida por todos. Que Dios es proveedor diario y deseoso de cumplir nuestras necesidades y darnos conforme a su voluntad. Nuevamente estar alineados es clave 😉

Fue descubrir y abrazar la verdad del Padre Celestial como quien nos da el título de Hijos.

Porque no soy un huérfano, aún sigo siendo hijo. Y aunque amo y extraño a mi padre terrenal como nadie puede imaginarlo, también me complace saber que el Padre Celestial me ama y nunca me abandonará.

Si tengo lecciones que quiero replicar de mi padre terrenal en mi familia, debería procurar desear y vivir la verdad del Padre Eterno en mi vida pues está en su corazón que yo y tu podamos vivir de la vida abundante que Él ha prometido.

YWAM Bethlehem es una base cristiana muy activa en la localidad. Es también un puente estratégico para la comunidad latina y sudafricana